Este verano me comprometí a decorar la habitación de mi sobrino. Y... después de mucho pensar, decidí que la pintaría en dos colores: amarillo pálido y verde pastel. Una vez tuve esto claro, decidí que en un paño de pared le iba a pintar una pizarra y le pondria un cuadro a cada lado de ésta.
A la tienda, donde acostumbro a ir a comprar mis pinturas y mis cosillas para hacer manualidades, me encontré con unos productos nuevos y muy fáciles de utilizar. Son unos dibujos ya hechos que se tienen que pegar uno encima de otro mediante unas pegatinas con grueso y queda como un efecto relieve . Cuando me lo estaban contando no me terminó de convencer pero al final me decidí.
Compré los dibujos y el paisaje de fondo, las pegatinas con grueso, el lienzo, pintura verde y un papel que pega por los dos lados para poder pegar el fondo con el lienzo. Y... manos a la obra!!!
A si fue como quedaron.
En el primer cuadro no se aprecia pero en este segundo si os fijáis podréis ver la sombra que hace el relieve.
A si quedó con la pizarra. Como podéis ver compré unos recipientes para poder poner las tizas pero como eran blancos decidí darles color.
Creo que con esta foto no se aprecia muy bien pero bueno... Este paño de pared es amarilla por eso los marcos son del mismo color verde del otro paño de pared, asi aun que la habitación esté pintada de dos colores queda todo integrado.
A mi sobrino le ha encantado, sobre todo lo de pintar en la pizarra.